sábado, 19 de abril de 2014

EL ESTADO MODERNO, BREVE RECORRIDO POR SU DESARROLLO TEÓRICO por Marcelo Garabedian

V. Tipos de Estado

a. Estado absolutista


Podemos ubicar este tipo de Estado en Europa entre el siglo XVI y finales del siglo XVIII. El término de absolutismo, acuñado durante el siglo XIX por el liberalismo, está en estrecha relación con el concepto de poder. Efectivamente se denomina “absolutismo” por cuando la utilización y concepción que los monarcas hacían del poder era absoluto. Pero, el Estado absolutista no es necesariamente sinónimo de tiranía o despotismo. La existencia de límites y regulaciones está mediando entre estas concepciones de Estado.


Como afirma Pierángelo Schiera refiriéndose al absolutismo “se trata entonces de un régimen político constitucional (en el sentido de que su funcionamiento está, de  cualquier manera, sometido a limitaciones y normas preestablecidas), no arbitrario (en cuanto que la voluntad del monarca no es ilimitada) y sobre todo de tipo secular, profano.” (Schiera, Pierángelo, “Absolutismo”, en Bobbio, N.; N. Matteucci y G. Pasquino eds.-, ob. cit., págs. 1 a 8).


El Estado absolutista es la consolidación del poder bajo la tutela del monarca en relación con los “reinos” que proliferaban en Europa durante los siglos precedentes. Podría afirmarse que con los estados absolutistas a partir del siglo XVI, comienzan a delinearse los contornos del Estado moderno.


Las características que guardan estos estados fueron evaluadas favorablemente por Nicolás Maquiavelo en su célebre tratado El Príncipe, cuando hace mención a la unificación que durante el siglo XVI estaban llevando adelante los reinos de Castilla y Aragón.


Las características que poseía el Estado absolutista fueron la concentración del poder con respecto a los reinos menores y su consecuente delimitación geográfica. Esto se evidencia a través de la posibilidad manifiesta de imponer sus decisiones sobre los otros dentro de su territorio.


Además de estas características, consideradas fundamentales, vale recordar el hecho del carácter profano de estos reinos, separando la órbita de lo religioso y de lo político. Es con los estados absolutistas que las cuestiones de gobierno y administración comienzan a realizarse en términos de racionalidad y eficiencia.


El desarrollo de este tipo de organización política va a la par del cambio paulatino pero irreversible de las estructuras sociales y económicas; a partir del siglo XIII en adelante, podemos encontrar un creciente desarrollo del comercio y de las industrias.


Por otra parte, en el siglo XVI comienzan las grandes empresas colonizadoras de los reinos de España y de Portugal en América, y también en otros continentes como África y Asia. Estas políticas expansionistas fueron llevadas adelante por estados absolutistas. La teoría económica que está íntimamente ligada a esta concepción de organización política es el mercantilismo, teoría que afirmaba que la riqueza de una “nación” estaba unida a la acumulación de riquezas, fundamentalmente oro y plata. Esta  teoría opera  sobre la base de un territorio  delimitado y en base a una decisión política unívoca, es decir, un Estado soberano.


Las luchas religiosas del siglo XVI y XVII -fundamentalmente el movimiento protestante- jugaron también un papel fundamental en la constitución de un cierto tipo de concepción ideológica. Estos movimientos ayudaron a la constitución de los estados absolutistas sobre bases racionales y profanas.


Algunas obras que desarrollaron las bases teóricas del Estado absolutista fueron El Príncipe de Nicolás Maquivelo (1469 - 1527), Leviatán de Thomas Hobbes (1588 - 1679) y Los seis libros del Estado de Jean Bodin (1530 - 1596) 


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