viernes, 18 de abril de 2014

EL ESTADO MODERNO, BREVE RECORRIDO POR SU DESARROLLO TEÓRICO

I. La Política moderna en el centro de la escena

Al inicio de este trabajo mencionamos que una de las características que tienen los Estados modernos es su relación directa e intrínseca con la política.

Debemos realizar entonces algunas aproximaciones al concepto de “política” y la implicancia que tiene esta actividad en la modernidad y con relación al Estado. Hay aquí un vínculo indisoluble que no debemos olvidar, esto es la relación “modernidad – política – Poder - Estado”. Sólo cuando relacionamos estos conceptos, el proceso de construcción estatal cobra real significación.

Podemos encontrar una definición clásica de la política ya en la obra de Aristóteles. Ésta se relaciona con la Polis griega y fundamentalmente con los asuntos de la administración al interior de ésta. Las actividades vinculadas a la vida en la ciudad.

Durante la temprana Edad Media, la política se representa como un arte, una actividad vinculada fuertemente al deber ser y al dogma, en una visión muy restringida de la que participaba un grupo muy reducido.

Esta noción cambia con el ingreso al mundo moderno a finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI. En esta etapa la política comienza a reivindicar una esfera propia, alejada del mundo extra terrenal, y empieza a definir unos contornos que la hacen más cercana a la concepción política de la actualidad.

En la medida en que el futuro deja de estar determinado y que no hay una autoridad divina que guíe las acciones de los individuos y las instituciones, es decir, a medida que la desacralización de la vida va ganando terreno, merced fundamentalmente al movimiento protestante, la política como “actividad humana” tendiente a la construcción de poder va asentándose cada vez más.

Norbert Lechner (1939–2004), politólogo alemán radicado en Chile, realiza un aporte interesante sobre la concepción moderna de la política:

[...] la política moderna, a partir de Maquiavelo, descansa en el cálculo de las posibilidades. El análisis político se centra en el cálculo de la necesidad. Lo posible es lo factible técnicamente [...]” (Lechner, N., Los patios interiores de la democracia, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, “Especificando la política”)

Éste es un elemento que debe tenerse en cuenta: las posibilidades, lo posible, es parte del campo de la política. La política comienza a percibirse cada vez más como una “ciencia” que puede predecir, calcular, medir y ejecutar. Para ello, es necesario conocer los horizontes de lo “posible”. Todas estas características de la política -como herramienta y actividad humana al servicio de la transformación social- es parte constitutiva del proceso de secularización y constitución de poder que lleva a la construcción del Estado moderno. La política moderna incorpora como una de sus características principales, la concepción “medios–fines”. Estos procesos van creando las bases para el desarrollo del capitalismo, como sistema productivo que moldea las sociedades europeas hacia finales del siglo XVIII.

A partir de este período, podemos comenzar a pensar en la política como una actividad en expansión de la cual participan cada vez más sectores sociales. La política se constituye en una opción válida y accesible a todos los sectores sociales que participan de la “cosa pública” (res pública) y sobre todo, en el proceso de construcción del Estado moderno.

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